El Karma y sus consecuencias
El karma siempre ha sido un concepto que todos hemos tenido presentes en nuestras vidas. La gran mayoría de los seres humanos hemos oído hablar del Karma y dentro de esa gran mayoría no sería descabellado decir que muchos de nosotros compartimos la ética subyacente que nos transmite el Karma.
El karma consiste básicamente en que toda acción buena desencadena una acción positiva y toda acción negativa genera consecuencias negativas. Así de sencillo, haz el bien y te ocurrirán cosas buenas, dedícate a hacer el mal y te ocurrirán cosas malas.
Se trata de un concepto que está presente en la gran mayoría de las religiones organizadas y no organizadas del planeta, bien de forma más explícita como por ejemplo en el Budismo o Hinduismo o de forma más implícita pero igualmente presente en el Islam o el Cristianismo.
Como yo sabréis algunas personas que se hayan dedicado a leer algunos de mis artículos en primer lugar me gusta definir el concepto que se trata en el artículo para a continuación tratar lo que en mi opinión son los problemas más importantes que se derivan en la práctica de la aplicación de este concepto.
El primer problema que le surge al ser humano cuando se le explica el concepto del Karma es el hecho de discernir que son buenas acciones y que son malas acciones, parece extremadamente sencillo a primera vista pero la línea divisoria de lo que está bien o está mal difiere hasta puntos insospechados dependiendo de cada persona y más todavía en cada cultura.
¿Está bien matar a un animal para comer, está bien robar para sobrevivir si no se tiene más opción, esta bien asesinar terroristas para garantizar la seguridad nacional, está bien la pena de muerte?
Etcétera largo. Es extremadamente complicado delimitar donde está la línea, aunque en mi opinión es bueno seguir la máxima plasmada por el Cristianismo y el Budismo la cual indica que sencillamente no hagamos al prójimo aquello que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros.
En segundo lugar el otro problema básico que viene a la cabeza cuando hablamos del Karma es el típico e inevitable: “¿Por qué a las personas buenas le pasan cosas malas y a las personas malas les pasan cosas tan buenas?”. Es tan común encontrar en estos tiempos superfluos a machistas, malos estudiantes y en general personas con una baja calidad moral que la sociedad considera triunfadores; que tienen miles de seguidores, mujeres u hombres hermosos a sus pies, dinero y salud. Y viceversa: es común encontrar a millares de personas bondadosas, trabajadoras, dignas, que su vida es una total ruina y están carcomidos por la enfermedad y la mala suerte.
A este segundo problema la verdad es que no tengo respuesta, creo que lo único que se puede hacer es tener esperanza, y tener en cuenta que lo importante de esta vida es el camino. Sigo siendo un firme defensor de que si seguimos un camino de paz, armonía y honradez encontraremos aquello que hemos dado al mundo, tal vez no en el exterior pero si en el interior de nuestro corazón. Al contrario si seguimos un camino opuesto cargado de mentiras, ego y vanidad puede que de cara al resto del planeta pueda parecer que tenemos el oro del mundo pero la realidad es que habremos vendido nuestra humanidad.
Reflexionemos.
Si hasta en el refranero español podemos encontrar menciones al Karma: “Como siembres, recogerás”