El primer amor escolar
Dicen que de toda experiencia de esta vida se aprende y también se dice que las primeras experiencias son aquellas que más moldean nuestro carácter y nuestra forma de ser.
Es por ello que la enseñanza primaria, secundaria y de bachillerato es una etapa tan importante en nuestra existencia, por el hecho de que estamos viviendo primeras experiencias unas detrás de otras. El primer sobresaliente, el primer suspenso (que para algunas personas jamás llega) los primeros grupos de amigos adolescentes, las primeras discusiones y sobretodo el primer amor escolar.
Este último nos ha llegado a todos y nos impacta de forma más fuerte que cualquier otro por varias razones. En primer lugar la razón dada anteriormente, es el primero y ello lo recubre de un aura mágica especial que hace que este primer amor tenga una índole celestial.
En segundo lugar también soy de la opinión de que conforme nos vamos haciendo mayores nos vamos volviendo menos y menos sinceros, lo cual en muchos casos es algo no solamente positivo sino necesario. Conforme avanza la madurez sabemos cuándo es más útil suavizar las palabras, controlar lo sentimientos y cuando estar callados.
Sin embargo en los dorados años del primer amor escolar somos brutalmente sinceros, tanto que en ocasiones esto nos pueda causar problemas. Sumado a esto, de adolescentes no solamente somos sinceros en cuanto a las palabras, las formas y las ideas sino también respecto a los sentimientos.
De esa forma el primer amor escolar está cargado de una sinceridad electrizante, de una autenticidad pasmosa. No sabemos porque estamos enamorados solamente sabemos que lo estamos y eso es lo único importante. En la mayoría de ocasiones no buscamos a la persona más atractiva ni a la más inteligente ni mucho menos a la que mayor riqueza tenga, búsquedas que tristemente si ocurren en no pocas ocasiones en la adultez.
Directamente el primer amor escolar no se busca.
Gestos tan sutiles como prestar una regla o compartir pupitre pueden ser detonantes de uno de los sentimientos más auténticos que jamás experimentaremos como seres humanos.
Curiosamente a medida que nos vamos haciendo mayores hacemos mayores absurdeces menos sinceras para generar sentimientos menos fuertes, totalmente al contrario que en la juventud.
También es importante analizar el primer amor de los escolares sabiendo que los padres deben corregir patrones de actuación que se pueden heredar posteriormente. Los padres y familiares deben intentar tratar con naturalidad el tema con nuestros hijos, animándolos y potenciándolos, y eliminando cualquier incipiente rastro que conduzca a una relación malsana.
Educar en la tolerancia, el amor, el respeto y tratando de minimizar los celos, cualquier actuación machista, el control excesivo junto con las manipulaciones.
El primer amor puede ser no solo una experiencia única sino una oportunidad irrepetible para inculcar valores, para aprender juntos, para estrechar lazos familiares y quién sabe si para en un futuro que ese primer amor se convierta en el amor de nuestras vidas.
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