Lo más importante que aprendimos en el colegio
En el colegio se aprenden innumerables cosas importantes. Se aprende de todo, desde perfeccionar el lenguaje, aprender nuestra historia, manejar números, introducirnos en las profundidades de las cuestiones científicas o desarrollar nuestros sentidos artísticos y deportivos.
Como todo alumno o ex alumno que se precie he tenido asignaturas favoritas, asignaturas que odiaba con toda mi alma, profesores que me han servido como un modelo en mi vida y profesores que me han decepcionado profundamente.
Sin embargo de lo que más he aprendido en el colegio no tiene nada que ver con las propias asignaturas ni tan siquiera con mi asignatura favorita (la cual confesando mi secreto era Historia de España).
Lo más importante que aprendí en el colegio no se enseñaba en una única aula ni en cierto libro, sino que se aprendía día a día de todas y cada una de las personas con las que me relacionaba: profesores, amigos, enemigos (pocos, gracias a Dios), cocineros del colegio, asistentas y asistentes de limpieza, personas religiosas…
Y se trataba de ser persona.
Ser persona conlleva aprender lo bueno y lo malo. Conlleva adaptarse a una rutina y a saber a ciencia cierta que los problemas y las situaciones indeseables son muchas veces inevitables. En el colegio se aprende la dura realidad de la vida, y es que esta muchas veces toma un rumbo que no desearíamos que tomase.
Se aprende que el ser humano es un animal insatisfecho por naturaleza, obligado a ver como muchos de sus mayores anhelos no se ven satisfechos.
La otra cara de la moneda es que se aprende que a pesar de esta innegable y dura verdad mencionada anteriormente el ser humano está hecho para superar todo esto y más. El colegio nos enseña que a través de nuestras familias, nuestros amigos y nuestra propia fuerza toda esta frustración y dolor innata al ser humano generada por no ver satisfechos nuestros anhelos más profundos se puede no solo soportar sino ignorar.
En el colegio se aprende a formarse, a tener un amplio abanico de valores, se aprende a que muchas veces la felicidad no se encuentra en recibir sino en dar y ver como el otro es feliz de esta forma.
A día de hoy sigo agradeciendo que para mí la escuela no fue única y exclusivamente un lugar donde ejercitar mi mente, sino donde pude ejercitar mi alma, y donde me prepararon para todas y cada una de las pruebas que la vida me pone y me va a seguir poniendo.
El colegio nos enseñó a ser humanos, y he ahí la importancia de la educación, donde no solamente se aportan conocimientos técnicos sobre la humanidad sino que también se enseña de manera indirecta y de manera mucho más importante la esencia de la humanidad como tal.
Y para mí esto es lo más importante que nos enseñó el colegio.
Un regalo que jamás podremos dejar de agradecer.