¿Qué aporta más: viajar o estudiar?
La vida está llena de preguntas y de elecciones.
En la mayoría de los casos el ser humano está obligado a elegir entre varias opciones debido a que disponemos de recursos escasos y de entre estos el más escaso de todos es el tiempo. Muchas veces nos encontramos con que deseamos hacer muchas más cosas de las que en realidad podemos hacer porque sencillamente el día tiene 24 horas.
Una de las preguntas famosas donde el ser humano cree que tiene que elegir es entre viajar o estudiar. A la hora de elegir entre una opción y otra cualquiera se deben siempre sopesar los pros y los contras de cada una de las opciones y a continuación elegir la que en balance nos reporte un final más positivo.
Respecto a la disyuntiva entre viajar o estudiar la pregunta es muy pero que muy compleja. Por el hecho de que creo que estudiar y viajar aportan cosas totalmente distintas. Considero que ambas son útiles y necesarias, que enriquecen distintos sectores de nuestra vida pero en planos diferentes.
En primer lugar estudiar es totalmente necesario para poder acceder a una educación superior, y de esta forma lograr varios beneficios: un mayor respaldo social, una mayor probabilidad de acceso a puestos de trabajo más exigentes, enrevesados y generalmente más adaptados a nuestras exigencias. Si entendemos estudiar de forma amplia y global y no nos limitamos única y exclusivamente a los estudios que nos son impuestos a través del colegio o la universidad nos podemos encontrar con que el estudio libre es extremadamente satisfactorio y contribuye de sobremanera al crecimiento personal.
El saber no ocupa lugar, pero si tiempo. Estudiar es necesario; podríamos decir que es como la teoría que precede a la práctica. De nada nos sirve querer lanzarnos al mundo, a dirigir empresas, a escribir a componer canciones…si antes no estudiamos, leemos y nos informamos.
Por el contrario viajar puede resultar a primera vista más atractivo al poder decir que se trataría de una de las disciplinas prácticas de nuestra vida. Si hemos mencionado que el estudio sería la parte teórica de la vida, el trabajo junto con viajar formaría parte de la parte práctica de la misma.
Igualmente necesario para el crecimiento del ser humano y para la búsqueda de la plenitud y felicidad es experimentar lo que estudiamos de forma teórica. Por tanto viajar es igual de fundamental sino más que el estudio.
Y es aquí donde llegamos al punto clave de la historia y es que a mi parecer viajar y estudiar no han de ser necesariamente dos caminos excluyentes. Al revés, todo apunta hacia la realidad de que se tratan de realidades complementarias, que se nutren una de la otra.
De esta forma disfrutaremos mucho más de un viaje si conocemos previamente la cultura en la cual vamos a bucear. Y viceversa, encontraremos mayor placer en leer y estudiar las paginas de un libro sabiendo que luego vamos a poder aplicar todos esos conocimientos estudiados al caso concreto:
Si vamos a poder ver en persona todas las maravillas sobre las cuales nos hemos informado, si vamos a poder poner en practica ese idioma que con tanto mimo nos hemos esforzado en dominar (aunque la pronunciación se nos resista)…
Como conclusión indicar que soy de la opinión de que viajar no enriquece más que estudiar ni al contrario, pero que ambas se enriquecen mutuamente y el viajar habiendo estudiado aporta más al igual que estudiar sabiendo que se va a viajar hará que el estudio sea más intenso y útil.
Por tanto, ya que esta es una de las pocas situaciones de la vida en las que no hemos de elegir entre dos opciones, lo más sabio es que organicemos nuestro tiempo y lo repartamos equitativamente entre estas dos opciones maravillosas.
