La Magia de los Grandes
Uno de los grandes placeres de esta vida han sido siempre los dúos icónicos. Son parte de nuestra existencia y dan un color y una alegría especial a la vida. Que podemos decir de la hamburguesa y el queso, el kétchup y las patatas, Asterix y Obelix, Zipi y Zape y por supuesto Nadal y Federer. Que podemos decir de estos grandes.
La gran mayoría de lectores de este articulo posiblemente apoyen al mallorquín pero todos los lectores sean partidarios de quien sean, reconocerán que hay una palabra que los define a ambos por iguales: Grandes.
Y es que es así de sencillo, se sepa mucho o poco de tenis todos podemos estar de acuerdo en que ambos tenistas son unos grandes. Son personas que han marcado un antes y un después en el noble deporte de la red. Y por supuesto cuando hay dos grandes en un mismo deporte se genera inevitablemente la competición.
De entrada aclaro que no voy a realizar un análisis en profundidad con estadísticas y datos indicando cual de los dos tenistas es mejor. No es esta la finalidad de este articulo. De hecho la finalidad del articulo es totalmente diferente a esta, se trata de todo lo contrario, de exaltarlos a los dos como los grandes que son y no de subir a uno por encima de otro.
En el último partido que se llevo a cabo entre estos dos genios el suizo se impuso al mallorquín pero esto no es lo que llama más la atención. Lo que llama más la atención es el hecho de que a pesar de haberse enfrentado en numerosas ocasiones previamente, en concreto en 34 ocasiones anteriores, el partido fue totalmente distinto a cualquier cosa que se hubiera visto con anterioridad.
Creo que es necesario hacer un parón en esta ultima frase y repetirla: ambos llevaron a cabo un partido totalmente distinto.
Un partido donde ambos cambiaron su forma de juego y por tanto no se pareció en absolutamente nada a lo que se había visto antes. Más que entrar en detalles de cómo Federer no permitía que Nadal no diese más de tres golpes derechos o de las minucias técnicas del campo, lo que de verdad me llama la atención es que consiguieran realizar un partido diferente, cosa que solo son capaces de hacer unos grandes.
Cuando se lleva tantísimo tiempo jugando a un mismo deporte y cuando se llevan tantísimos encuentros con el mismo rival, uno tiende a actuar según la lógica humana. Es decir uno tiende a jugar de la forma que le resulta más cómoda y más efectiva sin llevar a cabo innovaciones y cambios repentinos. Sin embargo esto es exactamente lo que ocurrió en el partido y sobre todo por parte de Federer.
Y aquí es donde nos encontramos con la magia, ese pequeño matiz que diferencia a los buenos jugadores de tenis de los que sencillamente han nacido para practicar dicho deporte. Ser capaz después de tantas lesiones y de tanto tiempo de ofrecer un partido totalmente nuevo es prácticamente un milagro de la naturaleza y un regalo para todos nosotros los amantes del tenis.
Incluso si vamos más allá, es increíble la competitividad y el buen estar que se respira en este deporte. En otros deportes mayoritarios sería complicado encontrarnos con un ambiente tan sano y donde se respire una profesionalidad de una forma tan constante. Y más cuando hablamos de estos dos tenistas en concreto.
El hecho de que sean capaces de sorprendernos de esta forma con partidos nuevos es lo que les hace genios. Es la magia del deporte, es el regalo que se nos hace. Es ese aire fresco, esa copa ganada por el Atlético de Madrid, esa liga ganada por el Leicester, ese mundial donde Islandia a pesar de no ganar fue un duro combatiente.
Ahí es donde se encuentra la magia del deporte, ahí es donde se mata a la rutina, de esta forma ya no se puede ir a un partido Nadal Federer y decir con absolutamente seguridad que uno de los dos es el que va a ser el ganador, y eso es un regalo.
Eso es lo que les hace realmente grandes.
Siempre he sido un fan incondicional de Nadal, tanto por su humildad como por su juego, sin embargo no me disgusta para nada que ganara Federer, se abre la puerta a la posibilidad de años venideros donde vuelva a ganar el Mallorquín.
O no.
Esa pequeña duda es preciosa.
Es mágica.
Esperemos que estos dos grandes vuelvan a enfrentarse y que como siempre gane el mejor, que sigan matando la previsibilidad y que sigan regalándonos partidos y sorpresas al igual que ya lo hicieron.