10 hábitos de estudio para mejorar tu rendimiento
- Ordena tu zona de estudio: un entorno limpio y ordenado favorecerá a la concentración y al orden de tus ideas internas y esquemas cognitivos. Prepara antes de ponerte a estudiar todo el material que creas que te será necesario, para que así no tengas que interrumpir la sesión exponiéndote a distracciones al tener que ir a por algo.
- Deja el móvil y todo aquello que pueda distraerte en otra habitación: no vale con dejarlo bocabajo, déjalo lejos y evita la tentación de mirarlo para ver si has recibido algún mensaje, ya podrás usarlo cuando acabes con tus obligaciones. Tus amigos no se van a ir muy lejos de la pantalla por estar un par de horas sin mirarlo, o si prefieres en el examen respondes con el meme tan gracioso que te pasaron por el grupo de tus amigos.
- Crea hábitos: acostumbra a tu cuerpo al estudio estableciendo rutinas diarias. Estudia siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Cuando tu organismo asimile esa rutina, empezará a necesitarla.
- Planifica tu tiempo de estudio: plantéatelo como si fuera tu trabajo. Decide cuantas horas quieres dedicarle al estudio a la semana y cumple diariamente con tu horario. Si no cumples con tus obligaciones un día, al igual que en cualquier empleo, al día siguiente deberás compensar esa falta. Organiza un calendario con todas tus tareas para que tengas claros los plazos de entregas, y divide los proyectos complejos con tiempo de sobra para no estresarte.
- Primero lee, luego memoriza: muchos expertos recomiendan tres pasos. El primero es una lectura superficial, que se centre en los resúmenes y los títulos de los temas y subtemas. En segundo lugar, una lectura profunda del material, seguida de una comprensión. Y, por último, memoriza. Es posible memorizar sin comprender, pero no razonarás, y olvidarás rápidamente lo memorizado.
- Explota tu memoria: para un correcto estudio debes estar concentrado y descansado. Aliméntate bien, mantente hidratado y relájate antes de ponerte manos a la obra. Utiliza tarjetas para ayudarte a recordar términos, subraya los conceptos centrales del texto, haz notas en los apuntes que faciliten la comprensión, usa acrónimos… Todo vale y no hay una sola técnica, explora diferentes y decide cual es la que mejor te funciona.
- Papel y boli siempre a mano: si tus manos se mantienen ocupadas será más difícil que te distraigas mirando a la nada y que pierdas la concentración. Además, escribir lo que vas estudiando ayuda a favorecer la retención de la información y a entrenarte para el examen.
- Haz tus propios apuntes: no pienses que es una pérdida de tiempo porque ya tienes los de tu amiga/o tan ordenada/o. Al contrario, al realizar tus propios esquemas, anotaciones y resúmenes, harás trabajar tu mente y facilitarás la comprensión de la información, verás como cuando acabes los apuntes apenas necesitas repasarlos para recordar la información.
- Si te quedas atascado, pasa a otra cosa: no machaques tu mente y no pierdas el tiempo pensando que tienes que memorizar ese punto como sea, olvídalo de momento y pasa al siguiente. Ya volverás a él cuándo tengas la mente más despejada y un mayor conocimiento de la materia.
- Descansa y recompénsate por el trabajo realizado: la mente se cansa y necesita renovarse, tú decides el lapso de tiempo, pero la capacidad de atención y retención suele ir en descenso a partir de los 50 minutos de estudio continuado. Una vez acabes de estudiar, o acabes el proyecto que tenías que realizar, recompénsate por el esfuerzo, esto te ayudará a motivarte para la próxima ocasión y te hará sentir mejor.